A resposta para a pergunta parece ser um sonoro Sim. Infelizmente para que não é bem assim. Eis um texto do Blog Salmón
En 2014 tres investigadores publicaron un meta-estudio sobre 201 estudios previos acerca de la efectividad de la educación financiera en el comportamiento de las personas con su dinero. Las conclusiones fueron demoledoras:
La educación financiera no influye apenas (0.1%) en el comportamiento de las personas, especialmente en la gente con menos ingresos. Además, los efectos de esta educación decaen con el tiempo. Incluso en los casos donde la intervención fue intensa, con muchas horas de formación, los efectos son inapreciables.
¿Cómo puede ser esto? Se suponía que a más formación, mejores comportamientos. Pero la evidencia está ahí. Una persona más formada no tendrá un comportamiento más sano con el dinero. Saber de fondos de inversión no va hacer que se contraten más.
Lo que en realidad está pasando Lo cierto es que aunque los seres humanos tenemos la capacidad de hacer planes a largo plazo (y esto es lo que nos diferencia del resto de los animales), el corto plazo tiene mucho atractivo. Nuestro cerebro racional puede pensar a largo plazo, pero cuando las glándulas se ponen a actuar mandan. Y nos gusta más comprar y disfrutar del ahora que ahorrar y tener dinero para gastar después.
Y el manejo del dinero no es el único efecto de este cortoplacismo. Nos pasa también con la alimentación y el ejercicio, a pesar de que todo el mundo sabe que comer de más y no hacer ejercicio está mal, al final nos puede el ahora frente al después y por eso en los países desarrollados hay obesidad.
Por tanto mejorar la educación financiera no logra mejorar el manejo del dinero, invertir más y gastar menos. Este tipo de intervenciones no funcionan y múltiples estudios lo respaldan. Hay que buscar otro camino.
¿Cómo mejorar el comportamiento de los humanos?
Los humanos somos, por naturaleza, bastante vagos. De nuevo, no lo digo yo, lo dicen los estudios. Y por tanto la mejor forma de mejorar el comportamiento financiero de las personas es ponérselo muy fácil. Esto lo ha estudiado una rama de la economía denominada "economía del comportamiento" y propone soluciones.
Por ejemplo, si lo que queremos como sociedad es que los individuos ahorren para su jubilación, la forma ideal para lograrlo es que las empresas tengan que abrir un plan de pensiones a todos sus trabajadores y destinar un porcentaje del sueldo a los mismos. Estos planes no serían obligatorios pero si el trabajador no quiere contratarlos o dedicar un porcentaje de su sueldo tendría que indicarlo explícitamente.
Cuando se realizan este tipo de intervenciones la mayoría de los trabajadores contratan el plan de pensiones. Es decir, un cambio de normativa, dejando completa libertad al individuo, logra aumentar la tasa de ahorro.
Por tanto, en lugar de seguir proponiendo educación financiera como solución hay que buscar nuevas inercias para la sociedad. Educar está muy bien, pero si el objetivo es cambiar comportamiento no estamos realizando lo correcto.