Bluesky y Mastodón han demostrado que descentralizar las aplicaciones de redes sociales es posible. Posible, pero con un coste. Reducirlo es crítico para su viabilidad. A pesar de su crecimiento en su popularidad, su número de usuarios aún palidece en comparación con el de Twitter y otras aplicaciones. Encontrar un modelo de negocio es una cuestión aún pendiente. Estas aplicaciones demuestran que hay una demanda de alternativas y que desarrollar arquitecturas viables es un proceso de ensayo y error. A que estas alternativas se consoliden pueden ayudar iniciativas como “Free our Feeds”, que busca conseguir 30 millones de dólares para desarrollar aplicaciones de redes sociales que “no puedan ser capturadas por billonarios” y que ha sido apoyada por Jimmy Wales, el fundador de Wikipedia, entre otros.
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário