
La empresa de subcontratación Portico, de la que dependía Thorp, aseguró que la joven había firmado "un código sobre indumentaria", que incluía los tacones, pero asegura que ahora está dispuesta a revisar estas normas. PwC ha asegurado que no tiene directrices sobre cómo deben acudir al trabajo sus empleados, hombres o mujeres.
La joven ha detallado que desde su primer día como recepcionista manifestó sus problemas para trabajar a jornada completa con tacones altos. Por ello pidió que se le permitiera ir a su puesto con zapatos planos. Sin embargo, siempre según su relato a la BBC, inmediatamente le pidieron que se comprara tacones.
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