Las IFRS y su futuro
Juan Manuel Cárdenas y Alejandro Cruz
El Economista
Las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS, por su sigla en inglés) han cobrado gran importancia desde su adopción.
Esto debido a que representan una gran ventaja para, entre otros, los usuarios de la información financiera en la toma de decisiones en todo el mundo, ya que con la aplicación de una normatividad contable reconocida universalmente por las empresas, es posible comparar la información financiera entre entidades de una misma industria, aunque la base de sus negocios se encuentre en diferentes países.
Las IFRS se han convertido en un lenguaje contable global, han sido adoptadas en más de 100 países y el número sigue en aumento.
La Unión Europea, Australia, Canadá, Brasil, Reino Unido, India, China y otros mercados ya las han adoptado o están en vía de adoptarlas.
En algunos países de Europa del Este, incluyendo Rusia, también han sido ampliamente utilizadas.
Otro dato relevante es que aproximadamente 40% de las empresas que aparecen en la Lista Global Fortune 500 utilizan las IFRS para la preparación de su información financiera.
La Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés), eliminó el requerimiento de preparar una conciliación entre los resultados determinados bajo las IFRS y los determinados conforme a los US GAAP.
Esto con el fin de brindar apoyo a las compañías extranjeras registradas en la SEC, que utilizan IFRS emitidos por el Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad (IASB por su sigla en inglés).
Ya hay casos Hablando de las empresas registradas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se tienen ya experiencias respecto de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha otorgado autorización a algunas empresas registradas en la BMV para presentar su información financiera bajo IFRS, con lo cual es probable que en el futuro existan más empresas interesadas en aplicarlos.
Al analizar esta información, es importante considerar el ambiente regulatorio para las empresas mexicanas al adoptar las IFRS.
Esto involucra inversión en recursos humanos, materiales, asesores y tiempo, el cual varía de 18 a 30 meses e impacta en varias áreas de operación.
Es por ello que las compañías norteamericanas están planeando iniciar, o ya lo hicieron, un análisis del impacto de IFRS y sus implicaciones.
El cambio a IFRS beneficiará más a unas compañías que a otras.
Entre otros beneficios potenciales, con el cambio se logra que la información financiera de una compañía sea comparable con la de otras de la industria, facilitar el acceso a los mercados capitales, unificando el lenguaje contable.
También se hace posible definir benchmarking por industrias, estandarizar procesos de reporte, reducir los costos y dosificarlos.
El cambio anticipado a IFRS permite contar con una ruta crítica relativamente flexible y realista para la conversión, evitando así la presión de plazos obligatorios de adopción.
La calidad en el proceso de conversión a las IFRS es alta, elevando el nivel de confort de las políticas contables seleccionadas.
Otro beneficio es el tiempo adicional para analizar el impacto de las IFRS y resolver cualquier problema que se pueda detectar, por ejemplo, las funciones de la reestructuración de los reportes, implicaciones en los resultados de operación, razones financieras, entre otros, para asegurar recursos humanos experimentados en IFRS.
Las compañías que iniciaron la adopción inmediata de las IFRS, sin mediar una fecha límite de adopción obligatoria, obtuvieron valor agregado al enfrentar la necesidad de diseñar soluciones a corto plazo y un proceso sustentable a largo plazo.
Demuestra importancia Lo anterior se hace evidente al revisar la experiencia que han tenido en Europa las compañías que realizaron la conversión de información financiera a las IFRS, donde ha trascendido que se pueden forzar las políticas contables para que se ajusten con las IFRS, con el fin de simplificar el proceso de conversión; sin embargo, la conversión a IFRS debe aprovecharse como una oportunidad única para reevaluar integralmente las políticas contables, ya que surgen alternativas que no ofrecían otras disposiciones contables normativas, las cuales pueden reflejar, de mejor manera, la sustancia económica de transacciones.
Igualmente ha quedado clara la importancia de involucrar a toda la compañía.
Las IFRS pueden impactar casi todos los aspectos de las operaciones, desde los contratos de clientes y proveedores y arreglos de compensación a los empleados hasta la planeación de la propia administración y estructuras financieras, entre otros.
La participación de los expertos clave de la compañía (administración legal y de riesgos y relaciones con los inversionistas) en la etapa adecuada, es esencial para una conversión exitosa.
La experiencia también arroja que la mayoría de las conversiones son más largas de lo esperado.
Los proyectos de conversión pueden variar en duración, dificultad y costo, dependiendo del nivel de complejidad de las transacciones, la estructura operativa y el ambiente regulatorio de una compañía.
Las compañías multinacionales con sede en EU que ya han iniciado éste proceso, estiman que les tomará por lo menos dos o tres años e importantes recursos para completar un proyecto de conversión de calidad.
De tal manera, que un punto clave para el éxito es comenzar antes de que la compañía experimente fechas límite impuestas externamente, para que sea posible una evaluación y aplicación sistemática y metódica.
También es necesario incorporar el cambio, esto es, integrar las IFRS en las operaciones desde la base.
Las compañías que dejan las conversiones a IFRS para el último minuto, frecuentemente tratan de completar la transición haciendo ajustes generales a sus prácticas existentes.
Las compañías que lo hacen de esta forma pondrán a prueba el control interno sobre el flujo de la información financiera e incrementarán el riesgo de errores materiales en sus reportes financieros.
Más allá No debe considerarse a la conversión a IFRS sólo como un ejercicio técnico, ya que afecta varios aspectos del negocio, más allá de la contabilidad y de la información financiera.
Los convenios de deuda, esquemas de compensación, tecnología de la información y los contratos, están basados en información determinada bajo reglas contables diferentes a las IFRS.
Estas partidas necesitan reflejar los cambios a la información financiera bajo dichas normas.
Adicionalmente, los cambios en los sistemas y procesos de información financiera que resultan de una conversión a IFRS requieren consideración de los cambios en los sistemas de control interno, sobre todo en los casos en los que se esté sujeto a mantener un sistema de control interno sobre la información financiera adecuada, como es el caso de las compañías inscritas en la SEC.
Concluyendo, a las empresas que estén considerando la conversión se les recomienda que consideren incorporar expertos en IFRS, hacer su propio análisis de los costos y de los beneficios, analizar las políticas contables de IFRS y su impacto en los resultados así como mantenerse al tanto de las medidas de la SEC con respecto a las IFRS.
También es importante familiarizarse con la agenda del IASB y de los Estándares Internacionales de Contabilidad Financiera y responder a los proyectos de exposición crítica, observar las estrategias de manejo del cambio y adaptar las IFRS a las operaciones y sistemas existentes, promoviendo reuniones con los inversionistas y otras partes interesadas, para familiarizarse de los aspectos relevantes de las IFRS y enterarles cómo éstas pueden afectar la información financiera.
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30 outubro 2008
Em defesa da IFRS
Abaixo, um texto da Price com uma defesa ardorosa da IFRS. Leia com precaução e a utilização dos argumentos apresentados não é de responsabilidade deste blog:
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