Año tras año, lo mismo. El interventor del Ayuntamiento de Valencia repite en cada auditoría interna de las cuentas municipales sus reparos como un mantra: se comprometen gastos sin presupuesto; se guardan facturas en los cajones hasta el ejercicio siguiente; no se controla la desviación del coste de las obras; y se adjudica el grueso de la inversión a dedo a las contratas y concesionarias, entre otros malabarismos para que al final de año cuadren las cuentas y la deuda no supere los límites legales.
Las cuentas siguen oscuras - 29/9/2008 - El País - Nacional - V (Comunidad Valenciana), p. 6
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