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06 junho 2007

Normas internacionais

QUÉ DICE. El dilema de EEUU -
Hacia un lenguaje contable global
The Economist
Actualidad Económica - 31/05/2007

Olvida el esperanto. La lengua franca que se expande por el mundo es el lenguaje contable, que incluso está haciendo replantearse a los estadounidenses su apreciada soberanía financiera. Las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), que pretenden armonizar la información financiera en un mundo de comercio e inversiones globalizados, han conseguido grandes logros desde que fueron adoptadas por todas las empresas europeas en 2005. Más de cien países, desde Canadá a China, se rigen o están en proceso de hacerlo por estas reglas. El Consejo Internacional de Normas Contables (CINC) espera la cifra llegue a 150 en los próximos cuatro años.

Incluso en Estados Unidos, que no son excesivamente internacionalistas, están trabajando con el CINC para estrechar la diferencia entre sus normas contables y las NIC, que las empresas foráneas cotizadas allí podrán aplicar en 2009, e incluso antes. Actualmente, las empresas deben conciliar sus cuentas con las estadounidenses, un proceso costoso y que algunos creen que puede hacer que muchas empresas se vayan de los mercados estadounidenses.

El pasado abril, la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) sacó a la luz inesperadamente la idea de que las empresas nacionales, y no sólo las foráneas, adoptasen las NIC. Los críticos de esa iniciativa dijeron que eso daba a las compañías la posibilidad de elegir en qué régimen les salían mejor las cuentas.

Incluso el compromiso de la Unión Europea con las NIC ha sido poco efusivo. Ha escogido una versión revisada por el Parlamento Europeo y no la promulgada por el CINC. Sólo hay una diferencia, pero es sustancial, sobre cómo se contabilizan instrumentos financieros como los derivados. Los bancos europeos pensaban que la norma, que obligaba a las empresas a valorar al variable precio de mercado esos instrumentos, en vez de hacerlo a precio de coste, hubiera causado demasiada volatilidad en los estados contables. Tras una pugna con el CINC, el Parlamento Europeo modificó por su cuenta algunas normas. También Kuwait y otros países de Oriente Medio han adoptado las NIC con ciertas peculiaridades. La principal preocupación del CINC es que muchos países quieran adaptar la normativa a sus preferencias. Para atajarlo, se intenta que las empresas tengan que explicar exactamente qué contabilidad están aplicando. El objetivo es que los inversores presionen a las compañías para que no usen versiones a medida, o si lo hacen, que apliquen una mayor prima de riesgo a su cotización.

Con NIC puras o no, todos los países son propensos a interpretar las leyes para que reflejen sus anteriores criterios contables.

Los reguladores de los mercados están trabajando a través de IOSCO, un organismo que los agrupa, para disminuir las diferencias.

La tarea se complica por el hecho de que las NIC tienden a ser principios, más que normas específicas (como sí sucede en EEUU). Dan más libertad de interpretación, así que una misma operación puede aparecer de dos maneras distintas.

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